Como habrás visto anteriormente en nuestro blog, la tiroides es una glándula en forma de mariposa ubicada en el centro del cuello. Las glándulas son los órganos encargados de producir hormonas y la tiroides es una de las glándulas endocrinas más importantes en nuestro cuerpo. Esto es porque las hormonas tiroideas ayudan a todas las células del cuerpo a funcionar de forma correcta.  controlan el metabolismo, que es el ritmo al que funciona cada parte del cuerpo.

La cantidad adecuada de hormonas tiroideas mantiene el metabolismo a un ritmo saludable. Esto ayuda a que el cerebro, el corazón, los músculos y otros órganos funcionen bien. Un metabolismo equilibrado también garantiza una temperatura, frecuencia cardíaca, nivel de energía y tasa de crecimiento adecuados. Las hormonas tiroideas

¿Cómo participa la tiroides en la regulación de estos procesos?

La tiroides utiliza el iodo que ingerimos a través de los alimentos para producir las hormonas triyodotironina (T3) y tiroxina (T4) hacia el torrente sanguíneo. Éstas dos hormonas son indispensables para influenciar y regular la actividad de prácticamente todas las células y tejidos de nuestro organismo. Entre las principales funciones de las hormonas tiroideas se encuentran las siguientes:

  • Regular el metabolismo es decir, la velocidad con la que se queman calorías
  • Regular la frecuencia cardíaca, la velocidad con la que late el corazón
  • Controlar la temperatura corporal.
  • Moderar el movimiento del tracto gastrointestinal.
  • Inciden en la regulación del sueño, del apetito, el adecuado funcionamiento de la memoria, la regulación y el control de las emociones.
  • Además, desempeñan un papel fundamental en el crecimiento de los niños.

Por si esto ya de por sí suena suficientemente complejo, la tiroides a su vez es regulada por puntos de control para asegurar su adecuado funcionamiento. El primero viene directamente desde la corteza cerebral y se llama hipotálamo, que secreta una hormona llamada hormona liberadora de tirotropina (TRH por sus siglas en inglés) para ordenarle a la glándula pituitaria o hipófisis situada sobre la base del cerebro para que ésta a su vez produzca la hormona estimulante de tiroides (TSH). Este proceso hace que se produzcan las hormonas tiroideas T3 y T4 que son las que finalmente ejercen su función como coordinadoras del ritmo en el resto de los órganos y sistemas de nuestro cuerpo.

Las alteraciones de la función tiroidea pueden ocurrir en cualquier punto dentro de este complejo proceso, y la estadística sugiere que esto sucede en primer lugar a nivel de la glándula pituitaria (en donde aparecen la Tiroiditis de Hashimoto - Hipotiroidismo y la enfermedad de Graves - Hipertiroidismo) y en segundo lugar a nivel de la glándula tiroides propiamente.

Para ponerlo en términos más simples, basta con pensar que la tiroides es como la directora de la orquesta de nuestro cuerpo, ya que es la encargada de llevar el 'tempo' o dirigir el ritmo con el cual se llevan a cabo la mayoría de nuestras funciones vitales corporales. Además se encarga de dar equilibrio y unidad a la orquesta para que esta ejecute la sinfonía de la mejor forma posible. Es por eso que:

a) Cuando se produce hormona tiroidea en cantidades menores a las necesarias:

Tenemos menos energía, aumentamos de peso o nos cuesta bajar de peso, tenemos frío (por el déficit en el control de la temperatura), se nos cae el cabello, la piel se vuelve quebradiza, aparecen problemas gastrointestinales como el estreñimiento (por el menor movimiento en el sistema digestivo), y nos cuesta concentrarnos o controlar nuestras emociones.

b) En cambio, cuando se produce hormona tiroidea en mayor cantidad a la necesaria:

Aumenta la frecuencia cardíaca y las palpitaciones, sentimos como si estuviéramos corriendo todo el tiempo, aumenta la sensación de calor, aparecen problemas gastrointestinales como la diarrea, perdemos peso sin alguna causa aparente, entre otros síntomas a consecuencia del metabolismo acelerado.

¿Hasta aquí alguna duda? Si te perdiste en alguna parte de esta explicación con propósitos meramente informativos, te recomendamos acudir a una consulta con un Endocrinólogo o Endocrinóloga, que son los médicos especialistas en enfermedades hormonales. Ellos te orientarán en caso de padecer alguna alteración tiroidea y te resolverán a fondo tus dudas sobre el tema. Además de dar un diagnóstico y tratamiento oportuno a tu padecimiento en caso de ser necesario.