Expertos en epidemiología sugieren que la variante ómicron (B.1.1.529) se propaga con mayor facilidad que el virus original del SARS-CoV-2 y se cree que también puede ser más contagiosa que la variante delta, siendo casi tan transmisible como el virus del Sarampión, uno de los virus más contagiosos que existen.
¿Cómo sabemos esto? Para determinar la capacidad de dispersión de un organismo patogénico se aplica un parámetro conocido como tasa básica de reproducción (R₀), que simplemente el promedio de casos nuevos que genera un caso positivo a lo largo de un periodo de infección.
Por ejemplo, si un patógeno tiene un R₀ de 2 quiere decir que una persona contagiada va a contagiar de promedio a otras dos; y esto provoca que el número de contagiados aumente de forma exponencial.
Entre los patógenos más contagiosos encontramos el virus del sarampión, que se transmite de manera aérea y cuyo R₀ está entre 12 y 18. En orden descendente podemos encontrar a los virus de la tosferina, difteria, viruela, polio y rubéola, todos ellos con una R₀ mayor a 5. Para todos ellos tenemos vacunas que se inyectan en los primeros años de vida, y gracias a esta medida de salud pública es que todas estan enfermedades han sido controladas hoy en día e incluso la viruela ha logrado ser erradicada.
La tasa de contagio de las diferentes variantes del SARS-CoV-2 ha ido aumentando conforme el virus ha ido evolucionando. La R₀ de la variante inicial era de 2,5. A la variante delta, se le calcula una R₀ de alrededor de 7 y a la nueva variante ómicron que ya está desplazando a la variante delta se le está calculando una R₀ de 10.
Actualmente se desconoce si la variante Omicron es capaz de producir cuadros de infección más severos que las variantes anteriores. Las cifras reportadas suguieren menores casos de hospitalización y muerte que otras variantes, sin embargo esta disminución en la letalidad podría ser adjudicada a la mayor proporción de pacientes vacunados y previamente infectados que existe en la actualidad. Los datos en España demuestran que las personas no vacunadas llegan a estar sometidas a un riesgo superior a 20 veces respecto a las vacunadas de sufrir hospitalización, ingresos en UCI o de fallecer.
Recordemos que es de suma importancia continuar con todas las medidas de seguridad: vacunarse, usar mascarilla, practicar la sana distancia. La batalla contra el COVID-19 aún no ha terminado, ¡no bajemos la guardia!
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