Como aprendimos en los blogs anteriores, la diabetes es una enfermedad crónico-degenerativa caracterizada por la presencia de altos niveles de glucosa en la sangre. Al decir que es una enfermedad degenerativa nos referimos a que suele progresar con el tiempo y causar daño a nuestro cuerpo de poco en poco, y al ser crónica hacemos referencia a que lamentablemente no tiene cura. Aún así, a pesar de que la ciencia no ha podido encontrar una cura definitiva para esta enfermedad, existe un tratamiento.

A grandes rasgos, la clave para resolver el problema es corregir este estado hiperglucémico y esto puede hacerse simplemente reponiendo la hormona o la “llave” que hace falta o que falla en el cuerpo de un paciente diabético, la insulina. La insulina es una hormona que en condiciones normales se produce en el páncreas y sirve entre otras cosas para disminuir los niveles de glucosa en sangre. En la diabetes se utiliza como parte del tratamiento y su vía de administración es subcutánea, es decir, va inyectada en la capita de grasa que se encuentra por debajo de la piel en el cuerpo. Lo que se busca con esta inyección es tratar de imitar la acción del páncreas en condiciones normales, el cual tiene una secreción pulsátil que libera una pequeña cantidad de insulina en todo momento a lo largo del día y una dosis mayor junto con cada comida. A continuación veremos cuáles son los tipos de insulina disponibles en la actualidad y en qué casos se utilizan.

Es importante saber que la diabetes es una enfermedad que si se trata adecuadamente puede tenerse bajo control, y el paciente puede llevar una vida perfectamente normal una vez que logra adaptarse a su rutina diaria de control glucémico (la cual engloba medicamentos, dieta, ejercicio, etc). Algo muy importante es que el esquema de tratamiento varía mucho de un tipo de diabetes a otro, tomando en cuenta que cada tipo tiene un origen distinto del mismo problema.

Recordemos que en el caso de la diabetes tipo 1, el origen viene de una enfermedad autoinmune donde nuestro sistema de defensa destruye por error a las células productoras de insulina, por lo que en este escenario el gran problema es: no existe producción de insulina. Por lo tanto la diabetes tipo 1, debe incluir a la insulina como parte fundamental del tratamiento.

Por otra parte, tenemos que en la diabetes tipo 2 el defecto primordial viene de una resistencia a la insulina, esto quiere decir que la insulina si se produce, pero no puede usarse eficientemente debido una cantidad excesiva de grasa en los tejidos. Este es el principal motivo por el cual la tipo 2 no requiere forzosamente del uso de insulina en el tratamiento. El tratamiento inicialmente utiliza metformina como medicamento para disminuir los niveles de glucosa en sangre y en la mayoría de los casos funciona bastante bien. Sin embargo, en algunos casos más agresivos o en estadíos más avanzados de la enfermedad si será necesario el uso de la insulina para llegar a las metas de control metabólico.  Habiendo aclarado estos conceptos, veamos ahora los distintos tipos de insulinas. La insulina se clasifica principalmente en 4 tipos según su tiempo de acción.

  • Insulina Ultrarrápida (Glulisina, Lispro, Aspart): Este tipo de insulina empieza a actuar a los 15 minutos posterior a la inyección, tiene su pico máximo de efecto en las primeras 2 horas y deja de actuar a las 4 horas aproximadamente. Es ideal para pacientes diabéticos tipo 1, se administra justo antes de comer para disminuir la glucosa al mismo tiempo que el cuerpo va absorbiendo los carbohidratos que ingerimos para tratar de emular la secreción pancreática normal de insulina de una persona sin diabetes.
  • Insulina Rápida (Insulina Normal, Regular): Otro tipo de insulina rápida con un inicio del efecto y del pico de acción un poco menos pronunciado, su pico máximo es entre las 2 y 4 horas y deja de surtir efecto a las 7-8 horas aproximadamente.
  • Insulina de Acción intermedia (NPH): Este tipo de insulina es el más usado actualmente por las instituciones médicas públicas o dependientes del gobierno, más no necesariamente porque sea la mejor sino más bien porque es la más económica para su distribución masiva. Esta insulina hace pico a las 6 horas y su efecto puede durar hasta 12 horas por lo cual es particularmente peligrosa si se inyecta pocas horas antes de dormir por el riesgo de disminuir los niveles de glucosa más de lo esperado hasta provocar una hipoglucemia, una complicación aguda de la diabetes que puede ser muy peligrosa si no se trata (el tratamiento consiste en darle al paciente alguna bebida azucarada con 15 gramos de carbohidratos y evaluar sus niveles de glucosa nuevamente en 15 min, si no sube por encima de 70 mg/dl repetir el mismo procedimiento hasta lograrlo).
  • Insulina de Acción Prolongada (Glargina, Detemir): La insulina de acción lenta o prolongada como su nombre lo indica es la que su efecto más retardado y dura hasta 24 horas. Su particularidad es que no tiene picos de acción, por lo cual tiene menor riesgo de producir una hipoglucemia, esto quiere decir que todo el día secreta una pequeña dosis de insulina y mantiene un control basal de la glucosa, también muy similar a la acción natural del páncreas de una persona no diabética. Se suele utilizar por sí sola en pacientes tipo 2 de difícil control, así como también en combinación con la ultrarrápida para un esquema intensivo y estricto de control glucémico en pacientes tipo 1.

La gráfica anterior demuestra a lo que nos referimos al hablar sobre los picos de acción de las distintas insulinas.

Si para este punto aún te has perdido, ¡felicidades! has hecho un gran trabajo en intentar entender el complejo proceso de acción de las insulinas que se pueden utilizar en el tratamiento de la diabetes. Recordemos que no es obligatorio para nosotros como pacientes conocer esta información, pero sí es interesante entender cómo funciona la insulina para poder prevenir efectos adversos tanto de la enfermedad como del tratamiento con insulina. Toda esta información y las nuevas actualizaciones que se obtienen cada año, son dominadas a la perfección por tu endocrinólogo, acude a una consulta para poder hacerle llegar todas tus dudas e inquietudes. En Vitau nos preocupa tu salud por lo que no apoyamos la automedicación y reiteramos la importancia de acudir con tu médico para resolver todas tus dudas.