La glucosa es la principal fuente de energía para todas las células de nuestro organismo, es decir, es el combustible para estas “pequeñas fábricas” que a nivel microscópico trabajan diariamente para desempeñar todas las funciones vitales de nuestro cuerpo.
¿De dónde proviene la glucosa? Esta energía proviene de los alimentos que ingerimos, el cuerpo obtiene la glucosa al digerir o romper los carbohidratos de lo que comemos hasta su forma más simple para su absorción.
¿Entonces la glucosa es buena o mala? La glucosa sin duda es una molécula muy buena y sumamente necesaria para el adecuado funcionamiento de nuestro organismo. Lo importante aquí es la cantidad. Los niveles normales de glucosa en sangre son de 70-100 mg/dl en ayuno y menos de 140 mg/dl a las 2 horas después de comer.
¿Cuándo puede afectar la glucosa a mi salud? La presencia de altos o bajos niveles de glucosa en la sangre está estrechamente relacionada con la aparición de una serie de problemas a corto y largo plazo, que pueden variar desde fatiga y dificultad para concentrarse, hasta padecimientos como obesidad, diabetes, Alzheimer e incluso cáncer.
¿Cuáles son los principales factores que pueden afectar nuestros niveles de glucosa?
- Lo que comemos.
- La actividad física.
- Los niveles de estrés.
- Nuestros hábitos del sueño.
¿Y cómo puedo controlar mis niveles de glucosa?
Nuestro cuerpo se encarga de regular nuestros niveles de glucosa mediante distintos mecanismos como la secreción de insulina en el páncreas, la absorción de glucosa en el aparato digestivo, entre otros. Para prevenir el desarrollo de complicaciones y enfermedades por el desequilibrio de los niveles de glucosa, es necesario mantener una sana alimentación y llevar un estilo de vida activo y saludable.