A pesar de que es extremadamente raro, existe registro de múltiples casos en los que un golpe emocional súbito como el fallecimiento de un ser querido, un susto, o un desamor, puede desencadenar una serie de eventos que hacen que el corazón adopte una forma inusual, lo cual causa un bombeo ineficiente de la sangre y por lo tanto una falla cardíaca en ausencia de tratamiento médico.
Este fenómeno se conoce como el síndrome de Tako-Tsubo, fue descrito por primera vez en Japón en los años noventa, y se le llamó así porque las imágenes del corazón daban un aspecto similar al de una vasija, abombada y con el cuello estrecho, utilizada tradicionalmente entre los pescadores nipones para atrapar pulpos.
Es una entidad poco frecuente (cerca del 1% de todos los pacientes con sospecha de síndrome coronario agudo). Generalmente afecta a mujeres posmenopáusicas (85-89% de los casos) aunque puede ser más letal en hombres.
Clínicamente se caracteriza por:
- Dolor en el pecho.
- Alteraciones en el electrocardiograma.
- Elevación de enzimas de daño cardiaco.
- Ausencia de obstrucción en las arterias que irrigan al corazón.
- Discinesia anteroapical transitoria, es decir, movimientos irregulares en la porción superior del ventrículo izquierdo del corazón que se normaliza en pocos días.
Es una enfermedad que comparte algunos síntomas con lo que conocemos coloquialmente como infarto o ataque cardíaco, con la diferencia de que no presenta una obstrucción de arterias coronarias y que es una enfermedad de carácter reversible. Se considera un síndrome desde el año 2001, cuando se publicó una serie de 88 casos y sus causas no se conocen con precisión.
Lo que se sabe al día de hoy es que el estrés emocional severo es el desencadenante más común. Un estudio de 24,701 pacientes con cardiomiopatía de Takotsubo reveló que la tasa de mortalidad es de hasta 4.2%.
Así que aunque no lo creas, la respuesta médica a la pregunta de si es posible morir de un corazón roto o un desencadenante emocional fuerte es:
Sí 😯
Bibliografía.
Archivos de Cardiología de México, American Heart Journal, Fundación Española del Corazón, CNN.