El proceso natural del envejecimiento trae consigo una consecuente pérdida progresiva de sustancia gris, la parte de nuestro cerebro encargada de múltiples funciones incluyendo el almacenamiento y procesamiento de información. Sin embargo, nuevos estudios de imagen que involucraron a 785 pacientes de edades entre 51 y 81 años del Biobank de Reino Unido, encontraron que incluso casos leves-moderados de COVID-19 se relacionan con ciertos cambios de relevancia a nivel cerebral.

Entre los cambios más importantes se encontraron los siguientes:

  • Las personas que padecieron COVID-19 tuvieron una mayor pérdida de sustancia gris en comparación con los pacientes no infectados, esto fue particularmente evidente en cerebelo y en las áreas relacionadas con el olfato y la cognición.
  • Los pacientes que padecieron COVID-19 obtuvieron peores resultados en las pruebas que involucraban tareas cognitivas complejas comparados con los pacientes no infectados.
  • El daño neurológico involucró las áreas relacionadas con el olfato, un hallazgo similiar al encontrado también en los pacientes de Alzheimer, la forma más común de demencia.
  • El daño neurológico fue mayor en pacientes de edades más avanzadas.

Los resultados del estudio no son concluyentes en su totalidad, aún hace falta estudiar si estos efectos son reversibles o no, ¿cuánto duran?,  ¿qué mecanismos de las infección son los causantes de este daño neurológico? Hasta el momento, los hallazgos de las imágenes obtenidas por resonancia magnética apoyan la teoría de que el daño se trata de una degeneración progresiva del sistema nervioso a través de las vías olfatorias por medio de una serie de eventos neuroinflamatorios.

Estudios posteriores ayudarán a esclarecer mejor nuestras dudas sobre si el daño neurológico causado por el COVID-19 puede ser parcialmente revertido, o si el daño tiene un efecto a largo plazo. Aún hace falta seguir haciendo investigaciones sobre este virus que sin duda alguna ha tomado al mundo de la medicina por sorpresa y nos sigue sorprendiendo con sus múltiples mecanismos para replicarse y causar daño en nuestro organismo.